viernes, 26 de abril de 2013

La sombra del coloso


Hállome aquí, frente a tí, 
atalaya siempre vigilante
figura imperturbable de piedra y musgo,
engranaje y articulación, inerte y vivo a la vez
Descansas plácidamente hasta percatar mi presencia
Mi figura, para ti simple hormiga, se funde con la tierra
y perturba tu sueño.
Te alzas sobre tus piernas
y contemplo lo que ninguna persona antes ha podido ver
Tu cuerpo se funde con el neblino cielo
y oculta el sol, como un eclipse
y puedo ver tu brazo alzándose
descargando su fuerza contra mí
¿Qué soy yo para ti, más que un molesto insecto?
¿Qué soy para ti, más que suciedad en bajo tus pies?
Ni siquiera tengo nada en contra tuya

Pero Mono, oh Mono, mi amada Mono
su cuerpo antes lleno de vida, ahora cascarón vacío
descansa en el altar, esperando
He cruzado mares, ríos, valles, montañas, desiertos,
ciudades caídas, ruinas infestadas de bestias olvidadas,
con la única ayuda de mi fiel corcel Agro
y el filo de mi espada
Todo, para llegar a la tierra prohibida,
al templo donde los muertos vuelven a la vida
Y pactar un trato con Dormin, demonio tiempo atrás encerrado
Sepultado bajo dieciséis sellos
Custodiado por dieciséis gigantes
Que promete que al ser liberado
revivirá a mi amada Mono
El precio que tendré que pagar será alto
me advierte Dormin,
pero no tengo más esperanzas
y no me importa
Haré todo lo que este en mi mano
por poder volver a verla sonreír,
por poder volver a oírla reír,
por poder volver a acariciarla
por poder volver a besarla,
por volver a sentirla junto a mí.

Y por eso aquí me encuentro
frente a tí, descomunal criatura
Para dar muerte a un ser
que no hizo daño a nadie jamás
Para hundir mi espada en tu cráneo
Y después de ti a tus quince hermanos
Aferrándome a la última oportunidad que tengo
La única posibilidad de poder volver a verla
Es por eso que estoy aquí
Bajo la sombra del coloso